Claudio Cañete
María Eva Duarte de Perón estuvo en más de una ocasión en la ciudad de Paraná, pero pocos datos se han recopilado sobre sus visitas a otras localidades del interior entrerriano. El ferrocarril le permitió atravesar la provincia y pasar fugazmente por varias estaciones importantes. Pero Nogoyá, La Paz y Concordia se anotan entre las privilegiadas que la recibieron en visita oficial. En esta nota, ANALISIS consigna algunos datos que dan pie para organizar un rompecabezas aún inconcluso debido a la falta de archivos y la destrucción de muchos testimonios gráficos.
Solamente si desde cada provincia se tomaran el trabajo de rearmar el listado de visitas que realizó Evita a sus respectivas tierras, se podría saber a ciencia cierta cuánto y con qué intensidad recorrió el país. Para empezar, habría por lo menos que dividir la compilación en tres grandes bloques: las visitas que hizo como parte de elencos teatrales y de radioteatros; acompañando al coronel Juan Domingo Perón en campaña proselitista rumbo a su primera Presidencia y el último comprendiendo las visitas oficiales como Primera Dama y presidenta de la Fundación que llevaba su nombre y titular del Partido Peronista Femenino. La tarea tiene muchos desafíos, parece inagotable y en muchos casos imposible.
Las mismas dificultades se presentan a la hora de hacer eso con sus visitas a Entre Ríos. La mayoría de las colecciones de diarios peronistas de la época -los principalmente locales-, los de mayor cobertura escrita y fotográfica, han desaparecido. Y pasado un poco más de medio siglo de aquellos años con Evita viva, sólo queda el testimonio oral de dos generaciones que pueden recordar con detalles lo que los libros de historia se han encargado sistemáticamente de omitir: quedan los que por entonces eran jóvenes y los que eran niños.
Mercedes Martínez nació en La Paz, actualmente tiene 82 años, pero aún recuerda vívidamente la vez en que Perón y Evita visitaron La Paz casi a los tres meses de haber asumido el general la Presidencia, en el invierno de 1946. Martínez era una maestra veinteañera por entonces de una escuela rancho de la localidad de Estación Estacas, cercana a La Paz. “No sé decirte si fue en el 47 o 48 que se hicieron en La Paz unas maniobras del Ejército Argentino que reunieron -decían- 40.000 hombres de todo el país. Quizás fue así porque las tropas comenzaron a pasar a las seis de la mañana y era ya la noche cuando se veían pasar los últimos infantes, caballería, artillería, etcétera. Sé que era el mes de un septiembre muy lluvioso y que el Presidente de la Nación era el general Perón y el ministro de Guerra el general Sosa Molina. Mi escuela fue designada como “alto mando”. En consecuencia, mi presencia era sólo para firmar el libro de asistencia diaria y a veces aprovechaba que algún camión o jeep me llevaran o me trajeran de la ciudad de La Paz”, comentó Mercedes Martínez en diálogo con ANALISIS. Por esa razón el general y su esposa la conocieron cuando visitaron aquel punto estratégico en plena maniobra y vieron en qué estado desarrollaba su labor docente. Perón le ordenó al Ejército que le reparara el edificio de la escuela donde además la maestra dormía. “La señora Eva merece un recuerdo aparte. Llegó, saludó a todos los jefes militares y tuvo una atención especial para conmigo. Quizá le llamó la atención mi juventud. Me besó, me abrazó y así escuchó mis respuestas a su interés sobre: cantidad de alumnos, baños (letrinas) dos, una para varones y la otra para las niñas. Recuerdo que cuando me preguntó “¿dónde vive?”, la llevé detrás de dos armarios que había en la escuela y le mostré dos camitas, una mesa de luz con un farol, un calentador a kerosén y una caja, mi alacena. La señora quedó muy sorprendida y le hizo anotar a su secretaria”, agregó la docente ya retirada. “Los dos cumplieron con las cosas que les pedí. ¿Aquello habrá sido la eliminación de la primera escuela rancho en la provincia durante la gestión de ellos?”, se pregunta en la actualidad.
Antes de esa etapa Evita ya había visitado la costa del Paraná a bordo del París, un barco con el que Perón recorría los distintos lugares para hacer su campaña a Presidente en contra de la Unión Democrática. Y cuando el 4 de febrero arribó al Puerto de Paraná, optó por quedarse en el camarote. En esos mismos días fueron los dos a Concordia, visita de la cual existe una foto que los diarios de la época utilizaron mucho y que hasta el día de hoy circula, aunque muchos ignoran lo que realmente testimonia: el diario oficialista La Mañana de Entre Ríos la utilizó mucho. Y hay comentarios de que Evita volvió más de una vez a Concordia ya siendo Primera Dama.
Antes de eso vino como actriz a la provincia y al menos se sabe que actuó en Paraná. Fue el sábado 26 de septiembre de 1936, por ese fin de semana con la Compañía Argentina de Comedias Cómicas, que interpretaba en gira nacional la obra El beso mortal, de Louis de Gouraviec. En realidad fueron cuatro funciones, la primera el sábado a las 21.45 y tres al día siguiente, el domingo en los horarios matinée, familiar y noche en el Teatro 3 de Febrero. Visita que dio la oportunidad de que ella y el diputado nacional radical Ernesto Sanmartino se conocieran y vivieran un romance. Ella se quedó al menos, según se dice, dos meses en Paraná conviviendo con él en su residencia del actual barrio de La Floresta. Un tema del que ya este semanario ha publicado información.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)
