Silvio Méndez
A pesar de haberse constatado una notable disminución de faltas por conducir con niveles no permitidos de alcohol en la sangre, en Paraná han crecido las multas por uso de teléfonos celulares mientras se maneja. Sobre esta conducta y la utilización de vidrios polarizados en los vehículos, la Municipalidad ha resuelto una campaña de controles más estrictos. Respecto del último punto ya existiría una polémica, pues las actas labradas por el ennegrecido de los parabrisas han sido muy pocas y porque, según trascendió, los jueces tenderían a no dictar sanciones con el argumento que esta contravención no ha sido reglamentada. Mientras el uso de cinturón de seguridad ni se controla, la mayor cantidad de transgresiones se constatan por estacionar en doble fila.
Según las estadísticas dadas a conocer recientemente por la Dirección de Transporte de la Municipalidad de Paraná, se ha observado una significativa merma en las infracciones por conducir con valores no permitidos de alcohol. La baja se registra tomando en comparación un período de aproximadamente un año. Sobre unas 400 constataciones que se realizan en puntos estratégicos de la ciudad los fines de semana, las actas por infracción disminuyeron de un promedio de 30 –en los inicios de los controles– a unas 7 que se registran en la actualidad. Según se evaluó desde el área oficial, la tendencia se debería a una cierta “concientización” sobre la problemática de manejar con ciertos valores de ebriedad y que en esta conducta hay terceros involucrados o ligados al que podría conducir en este estado y lo harían desistir de tomar el volante.
Lo paradójico de los guarismos es que mientras los beodos toman conciencia de que pueden ser sancionados o corren peligro sus vidas, los conductores sobrios –que incluso en su mayoría se desplaza de día– caen cada vez más en faltas al tránsito. Así se lo ha constatado desde la Dirección de Tránsito de la comuna, donde apuntan un significativo incremento de multas por uso de teléfono celular mientras se conduce.
Precisamente, sobre este comportamiento y la utilización de vidrios polarizados en los automóviles, la Municipalidad ha tomado la decisión política de emprender férreos controles y ha impartido órdenes a los inspectores para que pongan más énfasis sobre estos aspectos. De todos modos, la medida parece que entraña una polémica en ciernes, ya que las actas labradas por cristales ahumados han sido ínfimas. Asimismo, de acuerdo a fuentes que conocen la cocina de la administración municipal, los jueces de faltas se negarían a estipular y ejecutar las penas esgrimiendo que esta anomalía aún no ha sido reglamentada en la ciudad.
Por otro lado, del relevamiento del estado de situación resulta significativa la ausencia de inspecciones de la utilización del cinturón de seguridad. Si bien no está probado que la promoción en su uso se desprenda de mayores correctivos, tampoco existen fuertes campañas y educación vial a nivel oficial. Ni siquiera se puede tomar como tal el corto publicitario que paga el Honorable Concejo Deliberante de Paraná en particulares programas de la televisión por cable local.
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