-Volumen. La reunión de gabinete terminó como empezó, con una sensación de manos vacías. Es que, lejos de aplacarse la conflictividad salarial se va generalizando en todo la administración pública entrerriana. Si bien el mayor ruido aparece en el ámbito de los gremios docentes, en el territorio de los trabajadores del Estado la tensión ha ido creciendo en directa relación al progresivo acatamiento que van teniendo los paros lanzados por ATE. La propia construcción institucional ponderable como lo es la ley que organiza para los gremios docentes al sistema de paritarias, ha sido sobrepasada por la pugna. En el caso de los trabajadores estatales, si bien hasta ahora no tienen el mismo régimen que los maestros, de hecho se ha formalizado una relación con el gobierno provincial que se asemeja a una mesa permanente de discusión salarial y condiciones de trabajo.
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-Comparaciones. Es necesario saber ver que por el lado que se mire, los salarios de los trabajadores estatales, docentes o el resto de lo que se entiende por administración pública están por debajo en algo así como un tercio de cualquier trabajador que se desempeña en la actividad privada. Esta desigualdad se refleja en disconformidad más allá de que se la tenga presente cuando se fundamentan las posiciones. Entonces, por más que se aumenten algunos ítems en detrimento de otros, por más que en algún momento en el frente gremial prospere una actitud de no romper lanzas y se deseche caer en un todo o nada, la normalidad que se alcanza en estos términos siempre es efímera, siempre hay ambiente predispuesto a retomar la confrontación.
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-Papeleras. Una espiral de tensiones que no parece tener fin. Muchos observadores más interesados en cómo desacomodar al gobierno de Néstor Kirchner que en encontrar las puntas del enredo se paran desde una pretendida neutralidad para pontificar sobre posibles salidas al conflicto. Una imperiosa reunión de los dos presidentes, las ventajas de la negociación política, la necesidad de un estudio técnico solvente, son algunos de los argumentos con que se insiste como si nada de esto se hubiera hecho. Esta lógica de razonamiento concluye con la idea de que todo es igual y en todo caso el cuadro se agrava cuando Kirchner se deja llevar por la vehemencia de su temperamento. Cuando la Guerra del 14 había una preocupación entre la militancia progresista y de izquierda por definir apoyo o disidencia en función de determinar cuál era el bando agresor y quién era el bando que se defendía. La discusión iba y venía para delimitar qué país había atacado primero. Todo era una gran confusión hasta que alguien cambió los ejes del razonamiento. Para definir si una guerra es ofensiva carece de sentido definir quién atacó primero, lo realmente importante pasa por destacar los intereses que ponen en juego uno u otro bando, razonaba Lenín frente al Congreso de la Social Democracia internacional en 1915. Es este aspecto de la cuestión el que va quedando en claro a medida que avanza el litigio con la hermana República uruguaya. Cada paso que da el gobierno uruguayo desnuda pertenecer a un Estado cooptado por la empresa finlandesa. Por eso, tanto el entonces presidente Batlle, del Partido Colorado, como Tabaré Vázquez, del Frente Amplio, no ponen reparos en violar el Tratado del Río Uruguay tantas veces como lo requiera la empresa pastera. Recientemente Tabaré autorizó en forma unilateral a la empresa Botnia a extraer dos metros cúbicos por segundo de agua del río Uruguay en forma unilateral. Vázquez resultó impotente para cumplir dos sucesivos compromisos suscriptos con el Presidente argentino, el último de ellos confeccionado en Chile con motivo de la asunción de la Presidenta Michelle Bachelet.
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-Actitudes. Estas conclusiones sobre la situación que asiste a la Argentina y a los vecinos de Gualeguaychú que supieron instalar el problema como emblema nacional, promueven un sentido sensible de responsabilidades y actitudes. Hay que tener en cuenta que este cierre de la dirigencia política uruguaya en torno a la defensa irrestricta de los intereses de la empresa Botnia hace sensiblemente más difícil y compleja la solución del conflicto. Más si se tiene en cuenta que Uruguay tiene prácticamente todas las fichas a favor de un fallo favorable a su posición en la Corte de La Haya. Hay que saber entender por expresiones que se supieron oír en boca de caracterizadas figuras de la asamblea de vecinos de Gualeguaychú que hoy por hoy las alternativas a Tabaré se ubican a la derecha de la postura presidencial. Menos mal que Lula ganó claramente en Brasil, de lo contrario la posición argentina estaría igualmente comprometida en el Mercosur.
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-La palabra. En función de este objetivo que en mucho unifica al país puede ser una buena oportunidad de que se intente un camino de entendimiento entre las fuerzas políticas que den muestra de una real comprensión de que no se está frente a un trámite sencillo. Es importante para poder encarar esta cuestión ambiental que tanto aflige a los vecinos de Gualeguaychú y a muchos sin voz de la costa del Uruguay, darle una oportunidad a la palabra como portadora de sentimiento, de razones, de búsqueda, dejando por un momento de lado cualquier interpretación aviesa o desconfiada. Recientemente la asamblea de vecinos de Gualeguaychú estigmatizó a tres resonantes figuras de la política nacional: Elisa Carrió, Roberto Lavagna y Mauricio Macri.
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