Hagamos algo, pero no Colegio

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Reproche al silencio de directivos universitarios

Daniel Tirso Fiorotto
(especial para ANALISIS)

El periodismo vive una ostensible y vergonzosa pobreza y eso tiene bastante que ver con el funcionamiento deplorable de un sistema de medios concentrado y antidemocrático. Lo dijo el periodista Antonio Tardelli, al inaugurar en Paraná el instituto ETER. Y dijo que procuran “poner en cuestión los atropellos que, por reiterados y naturalizados, vienen quedando sin objetar y fuera de disputa. El sistema de medios de Entre Ríos -agregó- debe ser drásticamente modificado. Hay que darlo vuelta como a una media (…) Es inconcebible que haya fascistas entronizados en la conducción de los medios de comunicación administrados por el Estado Nacional (…) Es inconcebible que en los medios públicos haya canallas y miserables que cuentan con la protección del poder político”.

El periodista Oscar Londero había dicho en el último Congreso de Ética del Foro de Periodismo Argentino (Fopea) realizado en Buenos Aires que la asignación de publicidad oficial en Entre Ríos condiciona y refuerza el pensamiento único. “La agenda de los medios y de la mayoría de los periodistas está signada por los temas que impone el gobierno. Que además de disponer de sus propios canales de difusión, controla directa o indirectamente a las empresas con mayor alcance (…) El uso de fondos públicos sin control ciudadano no sólo favorece la discrecionalidad y la corrupción: degrada la calidad institucional y promueve prácticas que denigran la actividad periodística (…) En lugar de regirse por las políticas de transparencia que pregona, el gobernador (Jorge) Busti sigue aferrado al patrimonialismo que caracterizó a la década de los ‘90 del siglo pasado (…) A nadie sorprende que el gobierno tome por asalto las emisoras que dependen de la Secretaría de Medios de la Nación o que el único canal de aire con alcance provincial y privado sea una propaladora oficial”.

Las verdades incontrastables de Tardelli y Londero interesan en sí mismas como denuncias de un estado de cosas que se da de patadas con la democracia, pero sería interesante analizarlas en este contexto: la idea de algunos periodistas de otras provincias que, en respuesta al marasmo, proponen la colegiación del periodismo. Hay diversas razones expuestas en el mundo contra la colegiación de periodistas (no de otros comunicadores que no ejercen el periodismo); aquí nos detendremos en este aspecto: ¿podría avanzarse en un Colegio, que habla de más atribuciones a la universidad, cuando las luces amarillas y rojas encendidas por algunos periodistas encuentran en las universidades poco más que silencio y complicidad con el poder?

Universidad cómplice

Salvemos esfuerzos y talentos de la Universidad, que los hay, e indaguemos en carreras que mezclan periodismo y comunicación institucional y otras yerbas, todas para nobles y diversos oficios, y al baño de oro le llaman diploma. Eso es temerario en un oficio proclive a confundir espíritu de servicio con fama y poder.

La mayoría de los egresados de algunas facultades terminan haciendo comunicación institucional, muchos en organismos del Estado, y muchos sin concurso. No es su culpa, el trabajo es un derecho; son las instituciones las que debieran reaccionar. La universidad por caso.

Pero el silencio es norma. Lo que se ve es la producción de graduados que en demasiados casos cumplirán la función de cuidarle la “imagen” al poder constituido y una muchachada mendigando un cargo. Tienen méritos a veces, pero el sistema les niega la oportunidad, el sistema se fagocita las almas nobles, y los inescrupulosos directivos universitarios, ni cándidos ni ignorantes, callan la boca.

En casos que bien conocemos, la Universidad ha defeccionado, se ha bandeado al poder, no está allí el contrapoder donde respira el periodista.

Algunos directivos universitarios tienen ante sus ojos hechos de censura oprobiosa, autocensura, presiones, sobornos, con la mayoría de los espacios en los medios asaltados por operadores partidistas con máscaras de periodistas, y gobiernos que derrochan publicidad con plata del pueblo sin rendir cuenta, y esos directivos hacen como que no ven. Su omisión es complicidad, insulta al estudiante. Uno puede enrostrarles la hecatombe, y escucharán como quien oye llover. Sangre de pato se llama.

Dejan patinando en soledad a los periodistas críticos que denuncian este estado de cosas. Decanos, rectores, gobernantes, obispos, cortados en esto por la misma tijera. Eso es lo que se ve.

Con honrosas excepciones, la Universidad ha naturalizado un estado de cosas falaz, un juego, un periodismo “de angaú” como dicen algunos gurises aquí, de mentirita, y eso va en línea con la república de mentirita, con el sistema federal de angaú. Aquí no tomamos en serio siquiera el artículo primero de la Constitución Nacional, no nos rasgaremos las vestiduras porque tampoco exista campo para el periodismo.

(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)

Deportes

Malvinas sacó ventaja en el encuentro de ida de las semifinales.

San Benito ganó sus dos primeros partidos y lidera la Liga Femenina.

El "Pingüino" venció a Oro Verde en el clásico y marcha segundo en la tabla.

Defensores de Pronunciamiento ganó por 3-1 jugando como local.

El "Fortín" celebró la clasificación a la final en los vestuarios.

Werner se quedó con la victoria y ahora lidera el campeonato.

Ochoa se quedó con la cuarta final de la temporada en el TC Pista.

En el duelo por la fase regular acabaron empatados 0-0.

Opinión

Por Selva Almada (*)
Por José Federico Mastaglia (*)  

(Foto ilustrativa: Cedoc)

Cultura

Un espacio de salud mental pensado para adolescentes y jóvenes.

El beneficio es en el marco de plan federal FortalecER Teatro.

La actividad se realizará el próximo lunes en la FCEDU.