Hugo Remedi
“El gobierno provincial no acepta las críticas y responde a ellas con un aparato de comunicación social muy fuerte”, aseguró en diálogo con ANALISIS el diputado provincial Rubén Villaverde (UCR-Paraná). Aclaró que hubo radicales que pidieron su expulsión del partido y planteó como diferente lo que pasó con Solari y Monzón. Admitió que la Gobernación y la Intendencia son aspiraciones que nunca se declinan y que para octubre está dispuesto a ser candidato a convencional o a legislador nacional. Aseguró que no tiene temas pendientes con la Justicia de su paso como ministro y rescató como positivas las primeras gestiones de Montiel, de Humberto Varisco y la Intendencia del peronista Moine. Se mostró confiado en que el proceso de reforma puede ayudar al resurgimiento del radicalismo y admitió que hay dirigentes de la UCR que apoyan a Kirchner más que los propios peronistas. No se mostró partidario de la candidatura de Lavagna y afirmó que aunque a él le hayan colgado el San Benito del “protegido”, lo cierto es que hubo gente que tuvo mucha más protección de Montiel, lo que incluso -agregó- en algún momento lo llevó a renunciar a la candidatura a intendente de Paraná.
-¿Cuál fue para vos la mejor gestión provincial en estos 24 años de democracia?
-Yo creo que una buena gestión fue la de Montiel del 83-87, donde hubo políticas públicas, con todos los problemas que significa pasar de un proceso autoritario a un proceso democrático. Como por ejemplo, políticas de transformación agraria y a favor de la producción, la defensa del sistema previsional, el mejoramiento de la Justicia, etcétera. Me parece que fue una gestión muy progresista que de alguna manera fue una buena base para que la provincia pudiera dar un salto cualitativo posteriormente. Y creo que se hizo una ordenada transferencia del poder luego, cuando terminó la gestión del 87 y gana Busti.
-Todo bien, pero Alfonsín termina dejando el poder a mitad de camino, con lo que ello implicó…
-Todas las gestiones provinciales están teñidas con la situación del contexto nacional e internacional. La última época del gobierno provincial empieza a sufrir con los problemas de la inflación de Alfonsín; de cualquier forma se termina la gestión muy ordenada. También hay que decir que se había recibido a la provincia financieramente bien por parte del gobierno de la dictadura. Es decir, no había mayores deudas, había dinero para comenzar a pagar los sueldos. En la provincia el tema de los sueldos de los empleados públicos es sustancial. Se va en el año 87 la gestión con 27.000 empleados públicos. Lamentablemente hoy tenemos casi 50.000 más que en esa época, con lo que ello implica.
-¿Y cuál fue la mejor gestión municipal?
-La de Humberto Varisco también del año 83-87, creo que fue una muy buena gestión. Y también la de Moine. La de Moine fue una gestión ordenada, también en un buen momento económico, donde la estabilidad del gobierno de Menem en ese momento daba buenos resultados. Lamentablemente, ese proceso después explota con todo lo que ya sabemos de la década del 90, pero a Moine le permitió llevar adelante una gestión ordenada y sin crear demasiado empleo público dentro de la Municipalidad y facilitando la radicación de industrias, lo mismo que Varisco, en el Parque Industrial. Fueron las dos épocas donde más radicación de industria hubo en Paraná.
-Si bien estás a tiempo, ¿te quedaste hasta el día de hoy con ganas de ser intendente o gobernador?
-Bueno, tanto la Intendencia como la Gobernación son aspiraciones que uno nunca declina cuando está en política, porque para eso está. De cualquier forma, nunca fui una persona que tuvo una actitud así, desmesurada, por llegar a determinada función. Me gustan más las funciones ejecutivas que las legislativas.
-Rubén, ¿jugó a favor o en contra que te hayan marcado como un protegido de Montiel?
-Yo creo que... En la vida y en la vida política nada es absoluto, como dice algún filósofo, nada es absoluto, todo es relativo. Creo que muchas cosas se tiñen, digamos, del San Benito que te adjudican y que no son siempre así. Con el doctor Montiel hemos tenido una vinculación de respeto muy seria, pero también diferencias. Y nunca, a pesar de que he estado muy vinculado en sus gestiones, no fui de los más protegidos del gobernador. Al contrario, dentro de lo que han sido los grupos internos de lo que fue el radicalismo y dentro del radicalismo la Línea Radical Entre Ríos, siempre hubo gente que estuvo mucho más allegada a él... y más protegida en el sentido de permitírseles muchas cosas.
-¿Alguna vez te obligaron a resignar algo?
-Yo pude haber sido candidato a intendente, y bueno, se señaló a otra persona. Pero tampoco puedo desconocer las posibilidades de haber estado cerca de quien tenía el poder político en el partido y en la provincia, tal es así que ha sido el único dirigente radical en esta última etapa democrática que ha llegado a la Gobernación. Entonces, esa posibilidad de cercanía creo que me ha facilitado la posibilidad, en primer momento de formarme y de aprender muchísimas cosas, también de estar vinculado a muchas cuestiones de la administración pública.
-¿Alguien del partido pidió que te echaran por haber votado a favor de la reforma constitucional?
-Hubo algunos pedidos.
-¿Y qué pasó?
-Y… no sé, irá a resolver el partido. De cualquier forma, tengo absoluta tranquilidad de conciencia de lo que he hecho y la tranquilidad que me da el respaldo de la mayoría de los dirigentes radicales y afiliados, sobre todo de la gente en general. Es decir que, más allá de lo que pueda hacer la burocracia partidaria, creo que si mañana se diera la circunstancia tal cual se vivió, volvería a votar de la misma forma.
-¿Tu decisión fue menos grave que la de Solari o de Monzón, por ejemplo?
-No, yo no quiero calificar. Creo que son situaciones totalmente distintas. Es decir, ésta es una decisión que si uno la analiza en el contexto político-partidario era impulsada prácticamente por el todo el partido. ¿Acá, qué es lo que se puede cuestionar? Que un congreso del 2005 planteó que no se podía hablar, que no se podía discutir, analizar, ni hablar con el gobierno sobre el tema de la reforma. Bueno, el partido hizo todo lo contrario y después algunos votamos y otros no; pero trabajamos en la comisión de consenso y es más, la mayor parte de las incorporaciones al proyecto original la hizo el bloque radical. Para mí lo que resolvió el congreso era letra muerta desde que el presidente del partido y todo el comité y todos los bloques participamos de la propuesta planteada por el gobierno.
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