M. C.
Una nueva velada boxística pasó por la ciudad y a modo de análisis quedaron algunas cuestiones en el tintero que sirven para mejorar esta especie de resurgimiento del deporte de los puños en la ciudad. Queda claro que aún deben pulirse ciertos factores si lo que se quiere es ofrecer mejores espectáculos a un público ávido de combates de jerarquía y puestas en escena que complementen la faz netamente deportiva.
En el caso puntual de la primera defensa de Ulises Cloroformo López, debe decirse que las ganas por superarse del púgil nacido en la Capital Federal son mayores a un talento procaz y en pleno desarrollo. Su ambición por llegar a lo más alto hace creer a su entorno que debe medirse con rivales de mayor jerarquía y experiencia. Sus pergaminos son ínfimos en comparación a lo que pueden ostentar Francisco Chino Mora o Javier Mamaní dentro de la categoría Súperwelters.
Los entendidos en la materia coinciden en que Cloroformo es un novato al cual se lo debe estimular para mejorar en lo que respecta a sus movimientos arriba del ring. Todos los que asistieron al festival del sábado en el Atlético Echagüe Club vieron en Ulises López a un boxeador empujado por la ansiedad de buscar a cualquier precio el nock out, sabiendo que en un cruce furtivo puede llegar a recibir un golpe certero de su contrincante que lo deje en la lona. Lo cierto es que el mejor exponente de la disciplina en la zona volvió a ratificar que está para proyectarse un camino promisorio en la actividad, sin dejar de descuidar factores que enriquecerán su crecimiento como exponente en el campo rentado.
Cabe entonces con justeza la palabra “novato” para un joven que tuvo que atravesar todas las etapas que exige una disciplina como el boxeo y en tren de no menospreciar a la gente que conforma su entorno, creemos que llegó el tiempo de que el nuevo dueño del cetro argentino sume un entrenador de mayor trayectoria y kilates que Roque Romero Gastaldo. Porque en vez de incorporar elementos y conceptos en el cuadrilátero, sus argumentos se van desgastando y es evidente cierta involución en pasajes de peleas donde es necesario apelar a la técnica para sortear situaciones adversas.
Uno aprecia desde afuera, sin conocer demasiado las vivencias del grupo que rodea a López, que en el presente su equipo de trabajo está más preocupado por las ganancias que le pueda deparar la próxima pelea que en llevar paso a paso a un boxeador que con el tiempo se fue metiendo en el bolsillo a los amantes del box en la ciudad de Paraná. Quizás todavía estén a tiempo para repensar sus actos y no someterlo a una exigencia alocada de pedirle oportunidades internacionales, de relacionarlo a nombres importantes para los cuales este joven deportista todavía no ha marcado el camino. Entonces deberá crecer como campeón argentino e hispano -título arancelado que no posee ninguna valía histórica- y pulirse en lo que se constituye en su principal virtud: la pelea y la aparición en sorpresa de su cross de izquierda.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)
