Charles Parker
Una vez cada tanto, la Nueva Esperanza se llena de humo, y todo el humo viene de Ciudad Paisaje, que está habitada por hombres a caballo con antorchas en la mano. Los mitos que circulan sobre los pobladores de Ciudad Paisaje son estremecedores, y la mayoría tiene asidero en las luces de la razón, que diferencia la civilización de los pueblos bárbaros. En los campos de la colonia verde los hombres mastican pegamento. Las mujeres son peludas, y por lo general tienen hijos con miembros de su propia familia. En Ciudad Paisaje, escuché el otro día, las hordas salvajes recorren las calles desiertas por las noches, con el garrote en una mano y la antorcha en la otra, decapitando a cualquiera que se entretenga revisando la basura por las noches. La basura es propiedad de los líderes. La vida es propiedad de los líderes.
En Ciudad Paisaje, dice la gente civilizada de la Nueva Esperanza, la gente le prende fuego a los pastizales porque eso es lo que pide el señor feudal: se rumorea que existe un arreglo, una alianza secreta entre Sergio Uribarny y el monarca Néstor I. El primero se encarga de poblar la tierra verde de fábulas para distraer el asombro de los pueblos más avanzados. El segundo se encarga de gobernar entre las sombras, detrás de las cortinas de humo y las células inmóviles de las mejillas de su mujer. Uribarny dirige malones de «servilletas» a caballo para quemar los campos (¡no los podemos controlar, no los podemos controlar!), ordena a militares que disparen meteoritos desde un Camberra, alimenta chupacabras en un estanque de casa de gobierno, entrena gauchos con escopetas en los campos de Concordia, organiza recitales con la participación de Evangelina Rebossio, contrata abogados que presenten recursos contra cualquier cosa, acumula derechos humanos para repartir en los momentos de crisis.
Los bigotes de Saddam Hussein pidieron asilo político en la cara de Uribarny, y Uribarny esconde entre los bigotes los planes secretos de la Confederación para congraciarse con el poder central. Si no fuera porque la colonia verde atrasa 30 años, y porque la oposición proviene del cementerio radical o de las agrupaciones maoístas de la carrera de Comunicación Social, en Ciudad Paisaje la gente se habría dado cuenta. Pero allí la vida es propiedad de los líderes. La próxima estrategia, según anticiparon a este pasquín, será un espectáculo de tv basado en la competencia de no-movimientos de pacientes terminales de los hospitales entrerrianos. Será la hora de Bailando por un suero. El resto del país lo espera con ansiedad.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)
