Álvaro Moreyra

ANALISIS reporteó en forma exclusiva al mejor futbolista que entregó Paraná en toda la historia, Roberto Fabián Ayala. El Ratón se prestó al repaso de su extensa carrera futbolística y contó detalles más que interesantes, algunos que jamás saltaron a la luz. El zaguero central del Zaragoza de España viajó imaginariamente en sus recuerdos y rememoró momentos puntuales de su vida. El nacimiento como profesional en Ferro; su paso a River; su posterior transferencia a Europa, primero jugando en el Nápoles y luego en el Milan, ambos de Italia; su traspaso al fútbol español, más precisamente al Valencia, donde vivió sus mejores momentos; su actualidad en Zaragoza. Y por su puesto, un tema insoslayable: su romance de 115 partidos con el seleccionado argentino de fútbol.

Roberto Fabián Ayala creció en la capital entrerriana y a diferencia de lo que muchos piensan, su pasión por el fútbol no estuvo presente a muy temprana edad, sino que apareció a los 10 años, cuando la mayoría de los chicos ya sueñan con vestir la camiseta de sus amores o jugar en Europa. Mientras comenzaba a correr detrás de una pelota en Atlético Paraná -club donde su papá Roberto Camilo es ídolo- ayudaba al Chueco con el reparto de productos lácteos puerta a puerta. El Ratón revivió algunos momentos de su vida en Paraná.

-¿Qué recuerdos tiene de su infancia en Paraná?
-Es complicado hacer una síntesis, porque en verdad son muchos los recuerdos que tengo de Paraná. Cuando pego la vuelta cada tanto, con amigos y familiares recordamos cuando éramos chicos: el colegio, el barrio, el Club Paraná, las salidas a pescar con mi tío Lalo, en verdad muchas cosas, las cuales me han hecho ser un niño feliz.

-¿En qué clubes paranaenses jugó cuando era pequeño?
-De muy chico empecé a jugar en Atlético Paraná, ya que mi viejo jugaba ahí. Después tuve la oportunidad de jugar un campeonato con Patronato y otro con Palermo fuera de la provincia. Esos son los clubes que recuerdo en Paraná.

-¿Recuerda alguno de los entrenadores que tuvo en sus inicios como futbolista?
-Mi primer entrenador era de apellido Gómez y estaba a cargo de varias categorías infantiles del Club Paraná, ya siendo más grande lo tuve a Carlos Del Castillo. En Palermo tuve la oportunidad de entrenar con El Toti Giménez y lamentablemente el nombre del director técnico de Patronato no lo recuerdo.

-¿Cuándo y cómo surgió la posibilidad de realizar una prueba en Ferro? ¿En qué club de la zona militaba?
-Juan Meglio (ex jugador de Vélez Sarsfield en la Primera División del fútbol argentino) un día me vio jugar un partido. Él conocía a mi papá y le comentó que tenía contactos en Buenos Aires para llevarme y hacer una prueba. Con el correr de los días mi viejo me comentó esa propuesta y dejó que yo lo decidiera, demás está decir que mi respuesta fue afirmativa. En ese momento jugaba en el Club San José de Aldea Brasilera, equipo que integraba la Liga Diamantina de Fútbol.

-Ya con la chance de Ferro consumada, ¿se dio cuenta de que podía vivir del fútbol?
-Verdaderamente nunca me puse como meta vivir del fútbol, eso es algo que se fue dando con el correr del tiempo, pero no lo busqué. Probé suerte al ir a Ferro, me fue bien y después todo se dio sin imponerme la presión de llegar a un objetivo. De hecho, durante el segundo año en las inferiores, si las cosas no cambiaban, porque la verdad no venían saliendo bien, me volvía a trabajar y estudiar a Paraná.

Ferro, River y el comienzo de un romance

Con 17 años, Fabián llegó a Buenos Aires a probarse en Ferro Carril Oeste. Un par de entrenamientos bastaron para que el joven paranaense fuese uno de los elegidos para comenzar a formar parte de uno de los clubes históricos del balompié argentino y que lamentablemente en la década del 90 algunos dirigentes se encargaron de fundir. El Ratón empezó a dar sus primeros pasos en su carrera profesional.

El 24 de febrero de 1992, de la mano del inoxidable Carlos Timoteo Griguol, Fabián debutó en Primera División con la camiseta de Ferro. En El Verdolaga jugó 72 partidos y marcó su único gol en el fútbol argentino. En el verano de 1994, el entrenador Daniel Alberto Passarella lo pidió para River y el traspaso se realizó en cuestión de horas. En El Millonario el zaguero central jugó solamente 40 encuentros (militó 18 meses en la entidad de Núñez) y no gritó ningún gol, aunque pudo festejar el título en el Apertura de ese año. A mediados de ese año El Kaisser dejó River y se transformó en el DT de la selección de Argentina y en noviembre citó al paranaense para un amistoso ante Chile. Allí comenzó el romance de Fabián Ayala con La Albiceleste, aunque meses antes, con Alfio Basile como entrenador ya había concentrado.

-¿Recuerda el día que debutó en Primera División? ¿Se acuerda a quién tuvo que marcar?
-Para ser honesto, el día exacto del debut no me acuerdo, sí recuerdo con claridad el año, fue 1992, enfrentando a Belgrano de Córdoba, y si no me falla la memoria el delantero centro que me tocó marcar ese día fue Artime (Luis Fabián, uno de los últimos ídolos del pueblo Pirata).

-¿Qué sensaciones tuvo ese día?
-Durante la semana previa al partido, mi mayor preocupación era el temor a las entrevistas post-partido. Recuerdo que me duché muy rápido para salir zumbando del vestuario rumbo a la pensión del club. Al margen de ese detalle extrafutbolístico, durante el partido estuve muy tranquilo.

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