Claudio Cañete
La artista plástica Mónica Portillo presentará una muestra de su obra pictórica. Para explicar el concepto de la exposición la artista se apoya en dos frases de referencia: “El arte no muere, se para a veces”, del español Benjamín Palencia. Y la otra es la del recientemente fallecido pintor Pérez Celis, que decía: “Sólo se lo abandona”. “Es en este sentido que yo siento que, no sólo que el arte no muere, sino que aunque se pare, aunque se abandone, el arte siempre vive dentro de uno, quizás de una manera distinta, pero siempre está. Y en definitiva, el arte siempre estará donde una línea, una gota de color o una forma efímera aparezca en la mente de algún ser humano y deje vestigios de esa magia expresiva”, explicó Mónica en diálogo con ANALISIS.
“Los trazos de mi vida serán como ese instante en la vida de una persona, en el que puede transcurrir un largo tiempo en un breve momento, como un pestañar, como un abrir y cerrar los brazos sin querer detenerse, en el que los meses y años podrán convertirse en un simple aleteo... un vuelo que me transporta adonde hubiera querido estar todo este tiempo”, agregó.
Lo que se podrá ver a partir de este viernes en el Museo Provincial de Bellas Artes serán 45 trabajos que incluyen paisaje, figura humana y abstracción, y están realizados en distintos materiales como pastel, acrílicos, óleos y técnicas mixtas.
“En forma individual no expongo desde el año 2004, ya que tuve que trasladarme a Buenos Aires por razones de salud y recién a fines de año 2007 pude volver a participar en dos exposiciones colectivas, con una y tres obras respectivamente. Durante ese tiempo en que no podía utilizar mis manos, escribía y dibujaba en mi mente corrigiéndome y haciendo un esfuerzo memorioso cada día, repintando y re-escribiendo en el aire, y así fue que luego obtuve un premio literario por el uso preciso del idioma”, explicó la artista plástica, que siente que esta semana podrá compartir con el público el disfrute del colorido, las vivencias, las emociones y sueños; en síntesis, sensaciones que estaba extrañando mucho.
Las expectativas de Mónica Portillo están centradas en la apertura de la muestra ya que ese reencuentro emocional que busca tendrá un marco importante, nada más ni nada menos que las salas del Museo Provincial de Bellas Artes. “Dado que el Museo de Bellas Artes es el salón más importante de Entre Ríos, siento no sólo una enorme alegría sino también una gran responsabilidad; de allí que vengo preparando esta exposición desde hace un año, trabajando muchísimas horas con las obras, y espero con muchas ansias la respuesta del público ante ellas. Porque el momento de cada persona frente a una obra, cuando la impacta bien y le gusta, se traduce en una energía hermosísima, es un sentimiento de encuentro a veces con personas que uno no conoce y que sin embargo adquieren una magia especial, y ni hablar de los amigos o la gente que uno de por sí ya conoce. Por otra parte, esta sala es una vidriera muy importante para un artista, y si bien ya realicé una exposición en el exterior, el proyecto siguiente es llevar una parte de esta muestra al interior de Entre Ríos, antes de continuar en el exterior, porque cuando uno se nutre de las vivencias de la gente y de sus pueblos y ciudades, eso luego se ve reflejado en la producción artística, y personalmente me gustaría mostrar a mi provincia”.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)
