–Después del acto. Muchas veces el escenario político se descomprime con independencia de la voluntad de sus actores. Por eso, por fuera de Sergio Urribarri y de Jorge Busti es un dato objetivo que las tensiones dentro del justicialismo se vieron aflojadas luego de cómo terminó la conmemoración del 17 de octubre. El solo hecho de que Néstor Kirchner haya recibido a Busti un par de días antes del 17 quitó voltaje a la virtual confrontación. Como consecuencia inmediata de esa reunión, la conmemoración hecha en Concordia dejó de tener un temperamento confrontativo para pasar a ser un recordatorio de un grupo interno del justicialismo. Incluso, llegó a ser un comentario que trascendió desde la propia intimidad de Jorge Busti la idea de levantar el acto. Al parecer, esa idea no tuvo mayor desarrollo pues se cayó en la cuenta de que una medida de esa naturaleza violentaría fuertemente la relación con sus actuales aliados. Se descontaba que, por ejemplo, la familia Cresto iba a reaccionar con dureza tomando la medida como una verdadera claudicación de Busti frente al kirchnerismo.
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–Amigos y acuerdos. Es claro que a pesar de un determinado declive en cuanto a poder imponer decisiones en el paisaje entrerriano, Busti mantiene una capacidad de maniobra que muchos de sus actuales aliados envidian. La puerta que se abrió en momentos de la reunión con Kirchner posibilita que Busti incursione en un abanico de posibilidades dentro del kirchnerismo nacional. En concreto, Kirchner le ha pedido a Busti que lo ayude en el armado nacional del Partido Justicialista. Bien entendido, es una propuesta de mucha proyección. Teniendo en cuenta las características de Busti, le abre una perspectiva de trabajo similar a la que en su momento tuvo el jujeño Eduardo Fellner, que en la actualidad es presidente la Cámara de Diputados de la Nación. Tal vez en un perfil de un protagonismo más moderado Jorge Busti al lado del presidente del partido, Néstor Kirchner, puede cumplir una tarea de relieve. A su vez, desde esa posición nacional puede medir hora por hora cómo marchan las cosas en el justicialismo entrerriano y en qué medida se le abren expectativas como para disputar la alternativa de un cuarto mandato en la Gobernación de 2011. No hay que olvidar la frondosa y rica historia de Jorge Busti.
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–La distancia. En estas ondas que van y que vienen hay que desentrañar el comportamiento que empieza a lucir la diputada nacional Cielo Petit. Cielito, como la conocen en la intimidad del justicialismo, marca distancia ya no con Kirchner sino con Busti. Es muy claro que Jorge Busti a penas tomó estado público la decisión del gobierno de Cristina Kirchner de reestatizar las jubilaciones privadas, se lanzó en un apoyo muy definido. Dejando pasar algunas horas que amortigüen el efecto, la diputada Petit marcó sus diferencias manifestando la necesidad de un tiempo para analizar el proyecto oficial. Viniendo de la mencionada legisladora este comportamiento, se debe entender que está pulsando el ambiente muy predispuesta a patear la rodilla del oficialismo kirchnerista en la Cámara de Diputados. Da la impresión de que a la diputada le queda poco espacio para especular con posturas disidentes pues, al parecer, el bloque kirchnerista está más cerca de alcanzar los dos tercios necesarios como para que el proyecto se transforme virtualmente en ley.
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–Adelante radicales. Basta cruzarse en cualquier lugar de Paraná con el rostro rozagante y tenso de Fabián Rogel para dar cuenta de que la interna en la Unión Cívica Radical está lanzada. No hay otra cosa que genere mayor nerviosismo y entusiasmo en los radicales que una buena interna. Rogel, aunque bastante heterodoxo, es un radical de buena ley y por lo tanto las disputas internas lo apasionan. Ahí estaba su figura corpulenta, el domingo por la tarde, en la vereda de calle Pellegrini con un celular en cada oreja y hablando con los dos al mismo tiempo. Su entusiasmo despierta ficciones. Bueno, Rogel disputa el Comité de Paraná, alineado en la lista que encabeza a nivel provincial el ex diputado Carlos Cecco. Junto a él se alinean, entre otros, el actual senador nacional Arturo Vera, el diputado nacional Gustavo Cusinato, el ex senador Luis Brasesco y Sergio Varisco. Dados los nombres, el poder territorial, en los papeles la lista que referencia a Carlos Cecco, prefigura un triunfo contundente. Dos departamentos, como Federación y Federal, fuertes en su fidelidad radical respaldan esa propuesta.
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–El radicalismo. En Entre Ríos el Partido Radical ha mantenido el segundo puesto dentro de las opciones electorales. Ese lugar, a pesar de la abrupta caída desde las elecciones del 2005, luce maravilloso al calor del entusiasmo que les supo prodigar el triunfo parlamentario que deroga la Resolución 125. Es que si bien el arco opositor que se congregó en contra de la tablita de Retenciones Móviles fue amplio y colorido, y que en la Cámara de Diputados tanto el bloque del macrismo y de la Coalición Cívica tuvieron un protagonismo intenso, fue la experiencia de los radicales bajo la batuta de Gerardo Morales y del mendocino Ernesto Sanz la llave del triunfo. Estos dos avezados dirigentes supieron articular todo lo que saltaba en contra del oficialismo kirchnerista para que los números determinaran la derogación de la resolución mencionada. Desde Julio Cobos y su voto no positivo hasta un Carlos Menem hospitalizado, se pusieron en fila siguiendo a Morales y Sanz. Este protagonismo inyectó energía positiva, como se suele decir, y por lo pronto ha parado la diáspora de los radicales.
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