Américo Schvartzman

No es la primera vez que la Gendarmería, que depende directamente de Aníbal Fernández, se hace la distraída ante disposiciones emanadas de un juez Federal. Tres situaciones particulares recientes lo acreditan: la orden del juez Quadrini de que la fuerza garantizara la circulación en rutas nacionales y pasos fronterizos entrerrianos; posteriormente, la decisión de “sacar de la ruta” a De Ángeli y su gente en el inicio de la Guerra Gaucha; y ahora la orden de la jueza Aranguren, desoída para facilitar posibles enfrentamientos con camioneros y trabajadores de la fruta.

Días pasados, abogados y productores rurales de la zona denunciaron que Gendarmería no dio cumplimiento al exhorto librado por la titular del Juzgado Federal de Concepción del Uruguay, Beatriz Aranguren. En la comunicación, la magistrada ordenaba que se custodiara la zona, pero dicha disposición no fue llevada a cabo.

En realidad, no es la primera vez que la Gendarmería se hace la distraída ante disposiciones emanadas de un juez Federal. Tres situaciones particulares recientes lo acreditan: en 2006, la orden del entonces titular del Juzgado Federal de Concepción del Uruguay, Guillermo Adolfo Quadrini, de que la fuerza garantizara la circulación en rutas nacionales y pasos fronterizos entrerrianos; posteriormente, en 2008, la orden de Aníbal a Gendarmería de “sacar de la ruta” a De Ángeli y su gente en el inicio de la Guerra Gaucha, enarbolando precisamente aquella orden de Quadrini que no cumplimentaron un año antes; y ahora el desconocimiento a la disposición de la actual titular del Juzgado, la jueza Aranguren, de mantener la paz en la ruta, orden que fue desoída para facilitar posibles enfrentamientos con camioneros y trabajadores de la fruta.

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