En el marco de una capacitación gratuita que brindó el Instituto Audiovisual de Entre Ríos, dos jóvenes de la ciudad de La Paz pudieron concretar la filmación de su primer cortometraje. Lucila Solé (17 años) en el rol de directora y su amiga Tania Cuenca (18 años) rodaron La Puerta, una breve historia que refleja una escena típica de la vida cotidiana de los jóvenes en el interior provincial. Una instantánea muy fresca y dinámica de un punto de reunión a toda hora del día, escenario de situaciones tan distintas como los personajes que pueden tener cabida a cada instante. La amistad, las esperas, los silencios, los sueños, las rutinas y los momentos inesperados son los ítems que conforman la sustancia de este cortometraje. La directora dialogó con ANALISIS y contó las alternativas del rodaje.
Tania y Lucila cursaron toda la escuela secundaria juntas en el Colegio Domingo Faustino Sarmiento (en la modalidad Comunicación, Arte y Diseño), de La Paz. A principios de 2008 se inscribieron en el Laboratorio de Realización y Producción que el Instituto Audiovisual de Entre Ríos (IAER) desarrolló en esa ciudad en el marco de un programa de capacitación gratuita. Si bien los estudios universitarios las llevarán por distintos caminos, seguramente estarán ligados a este rubro artístico. Lo cierto es que terminaron una gran etapa de sus vidas con un proyecto concretado: la filmación de su propio cortometraje. Ahora, a comienzos de esta temporada 2009, con el trabajo terminado, Lucila contó los detalles de la obra y el proceso de su rodaje.
-¿Cómo es que se dio tu inscripción en el Laboratorio? ¿Por qué te interesa el rubro audiovisual?
-Con Tania nos inscribimos en el laboratorio de cine porque nos enteramos en el colegio a través de una compañera de curso. Y como ya habíamos empezado a conocer el tema de lo audiovisual y el cine nacional en algunas materias del colegio, además de haber participado en un certamen de videoclips con nuestro curso en segundo año de Polimodal, descubrimos nuestra vocación por el cine y quisimos seguir aprendiendo. El rubro audiovisual nos gusta, además de resultarnos algo apasionante, porque es interesante el hecho de poder contar una historia a través del cine y que las demás personas cuando la vean puedan llegar a sentirse identificadas, al ser algo tan cotidiano y sincero lo que se cuenta, por lo menos en nuestro caso. Además, es toda una experiencia hacer un corto, desde el momento de pensar la idea hasta el momento de verla terminada. Se aprende mucho, nosotras aprendimos mucho.
-¿Qué cosas te aportaron los cursos que se dictaron en el laboratorio? ¿Te conformaron?
-Antes de hacer el curso de cine no sabíamos realmente lo que era, teníamos una idea muy teórica, que era lo que habíamos aprendido en el colegio. Los cursos de cine fueron mucho más prácticos, aprendimos cosas de las que antes no teníamos ni idea, sobre todo cómo se hace el cine profesional y el trabajo y la dedicación que lleva.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)
