Álvaro Moreyra
El fútbol ecuatoriano mostró un vertiginoso crecimiento en las últimas temporadas. A nivel selecciones, Ecuador fue animador de las últimas Eliminatorias Sudamericanas a lo largo de las 18 fechas, aunque se quedó en el sprint final. De todas maneras estuvo presente en los anteriores mundiales (Japón-Corea 2002 y Alemania 2006) y en los últimos años se transformó en una de las potencias sudamericanas, desbarrancando a representativos tales como Uruguay o Colombia, por citar algunos.
Pero el fútbol de aquel país no solamente creció a nivel selección sino también en la faz clubes. De hecho, la Liga Deportiva Universitaria de Quito se consagró campeona de la última edición de la Copa Sudamericana. Además, como si esto fuera poco, venía de ceder el cetro de la Copa Libertadores de América, la que obtuvo en 2008, y de esa manera se transformó en la primera institución de aquel país en obtener semejante halago, el más importante del balompié de Sudamérica.
A partir de todo esto es que no aparece para nada descabellado emigrar al fútbol de Ecuador. Varios futbolistas argentinos arman las valijas y parten hacia allá. Quizás no era observado como una plaza futbolera importante, pero de un tiempo a esta parte se transformó en un buen horizonte.
Uno de los futbolistas que emigró a tierras ecuatorianas fue el paranaense Iván Borghello. El Memo se calzó los colores del Deportivo Quito por expreso pedido del entrenador, su compatriota Rubén Insúa, y formó parte del plantel que se consagró campeón de la Liga de Ecuador.
Pero su historia viene desde muy pequeño, cuando comenzó a marcar goles en la categoría 1983 de los Toritos de Chiclana. Desde pequeño mostraba sus condiciones de goleador y la potencia del Memo era conocida por todo el ámbito de la Liga Paranaense de Fútbol (LPF). En la adolescencia, sus características natas de goleador fueron observadas por los reclutadores de Newell’s de Rosario, que rápidamente lo sumaron a las inferiores. Después de varias temporadas en las categorías formativas, el delantero llegó a la Primera División de La Lepra.
Iván Borghello debutó en la temporada 2003 en la entidad rosarina. Por ese entonces el entrenador era Héctor Rodolfo Veira, que no dudó en promoverlo a la máxima categoría del fútbol argentino. Lamentable una lesión le jugó una mala pasada y no le permitió afianzarse en el inicio de su carrera. La recuperación llevó su tiempo y el paranaense perdió su lugar.
Pero el fútbol siempre da revanchas y volvió con todo en la temporada 2004. Fue uno de sus mejores momentos en lo personal, máxime si se tiene en cuenta que su equipo obtuvo el Torneo Apertura bajo la conducción del Tolo Gallego. En esa campaña le ganó el puesto al brasileño Mario Jardel (venía de ser goleador histórico en el fútbol portugués), jugó muchos partidos como titular y convirtió goles clave. Uno fue determinante en un triunfo ante San Lorenzo, en un partido importantísimo para el título. Además, El Memo le anotó dos goles a Boca en la mismísima Bombonera.
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