Federico Malvasio
Es uno de los sobrevivientes a los cambios de gobierno. Nacido en Concordia en 1954, el comisario general Héctor Massuh es el heredero de su padre en la profesión. Se preparó en varios países de América y Europa. En todos los ámbitos sociales se encuentra una crítica al hombre que está a cargo de la institución que vela por la seguridad de las personas en esta provincia. Fuera de micrófono, luego de haber terminado el reportaje con ANALISIS, Massuh se explayó sobre algunos otros aspectos, entre ellos el tratamiento en los medios de los temas policiales. Hace poco padeció a la prensa por una mala información y a pesar de que llamó al medio para aclarar, es un convencido de que cuando la publicación es errónea el lector queda confundido y eso perjudica al inocente.
-¿Cuál es el grado de inseguridad en Entre Ríos a comparación de la media nacional y con relación a otras provincias?
-Distintas encuestas que se vienen realizado indican que Entre Ríos está en la media respecto a la seguridad. Si bien exciten hechos delictivos, lejos estamos de lo que ocurre en otros distritos en los que se comienza con el robo y se termina en la muerte. Esto es gracias a una política de prevención que se lleva adelante, pero antes que nada por la realidad de la provincia, que es muy diferente a otras. Desde el punto de vista general y teniendo en cuenta los cambios en el comportamiento de la sociedad, nuestra provincia mantiene los niveles normales y aceptables en cuanto a la seguridad. No obstante ello hay que tratar de disminuir el porcentaje.
-¿Hay un mapa del delito en la provincia?
-Nosotros llevamos diariamente un mapa del delito, sobre todo en los distritos más importantes, esto es Paraná, Concordia, Uruguay, Gualeguay y Gualeguaychú. Allí se producen más controles, sea en vehículos o a pie, para tener un mayor conocimiento del territorio. El delito va mutando y se va corriendo la problemática. Hoy el más común es el hurto simple y el robo, pero el que más afecta a la ciudadanía es el arrebato. Si bien es un delito circunstancial y generalmente en el mismo no se emplea la violencia física, excepto que la víctima se oponga, es de los más comunes. Este tipo de delitos no ocasiona grandes pérdidas económicas, sino más que nada es la molestia para una persona de comenzar una tramitación del documento que le sacaron de un manotazo de su cartera o mochila.
-¿Cuáles son los cambios que se están dando con la implementación del nuevo Código Procesal Penal teniendo en cuenta que la Policía tendría otro rol en la investigación?
-Es un sistema más rápido y ágil en lo que respecta a la investigación. Cuando esté en plena vigencia y con todos los recursos humanos se va a poder mostrar sus resultados. En Concordia se está trabajando bien, pero falta mucho para hacer una evaluación.
-¿Fue adecuado implementarlo por partes?
-Yo creo que sí. No es fácil dejar atrás un Código de muchos años. Me parece bien que se empiece a hacer una prueba piloto para luego ir ajustando alguna falencia. No obstante creo que a la Policía también le posibilita experimentar. Ahora se incorporaron 250 agentes que van a ser capacitados en una especialidad y que es la Investigación Criminal. Luego de tener una preparación de tres meses de base general, ingresarán a la especialización dirigida a técnicas investigativas. Esta gente es la que estará a disposición de los fiscales.
-¿Cuál es la capacitación que tiene hoy la Policía?
-Al comienzo de esta gestión encaramos como prioridad la capacitación a través de distintos cursos. Lo más novedoso es que pusimos como obligatoria la Licenciatura de Seguridad Pública. Es la única fuerza del país que obliga a los agentes a cursarla. Esto fue por un decreto del gobernador. La carrera, de tres años, se cursa en la UADER (Universidad Autónoma de Entre Ríos) y ya tenemos un reconocimiento de las materias. Este título es indispensable para que el oficial pueda ascender en la carrera policial. Si no se tiene el título no se puede crecer al grado de subcomisario. La idea es que en unos años todas las independencias policiales tengan oficiales y jefes universitarios. Esto aparte de todos los cursos de seis meses para quienes quieran un cargo mayor.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)
