Pablo Rochi

La fuerte competitividad que actualmente se constata en el deporte provocó un efecto de doble filo, con las consecuencias que ello puede acarrear. Así como la actividad ganó en emoción y expectativa, también encontró filtraciones que hoy cuestan sanarlas y que, por ende, generan problemas.

Ganar parece que hoy es todo y que otro resultado no sirve. En este contexto, se hace cualquier cosa para conseguir el objetivo y se pierde de vista el verdadero crecimiento personal y colectivo.

En este sentido, las adicciones a diferentes sustancias en pos de lograr un mejor rendimiento dentro del campo de juego han ganado terreno y su inclusión en el deporte tomó una trascendencia tal que genera temores, alerta y prejuicios.
Sabido es que la droga es un tema que preocupa a la sociedad y que se introdujo en distintos estamentos. El deporte no es ajeno, sea profesional o amateur, en alta competencia o en encuentros recreativos, en deportistas mayores, adultos o menores.

En pos de advertir a la sociedad sobre este flagelo, días atrás se llevó a cabo una importante charla sobre las adicciones en el deporte, taller a cargo de Claudia Fillastre, actual Directora de la Secretaria de Lucha contra las Adicciones (Selca). Estuvo dirigido a padres, dirigentes, jugadores y entrenadores, es decir, actores vitales en la actividad deportiva.

En sí, esta iniciativa dio apertura a una serie de charlas a realizarse en otras instituciones deportivas. El objetivo es despertar conciencia sobre una problemática cada vez más grande, compleja y hasta poco tratada.
La premisa de este taller está fundada en que el deporte actúa como factor de protección en general y en el consumo de sustancias tóxicas en particular, más aún en este contexto signado por la multiplicación de los factores de riesgo.

El eje central es que a través del deporte es posible contribuir a la construcción de la identidad de los jóvenes, una estrategia de cambio de bajo costo presupuestario y alto beneficio personal y social.

La intención es brindar información básica como así también crear espacios de escucha y reflexión entre profesores, deportistas, padres y dirigentes.
Justamente, Claudia Fillastre se refirió a esta iniciativa y dio detalles de lo errada que está la sociedad cuando pretende consumir sustancias para mejorar el rendimiento.

—Lo que sucede en el deporte no es ajeno a lo que pasa en la sociedad y por ende todos están involucrados. ¿Cuán beneficioso es que las charlas sobre adicciones sean con padres, entrenadores, jugadores y dirigentes, todos juntos y no por separado?
—La idea desde nuestra secretaría es trabajar en todos los estamentos de la sociedad. En este caso lo hacemos con el deporte, aunque también tenemos un vínculo fuerte con chicos de las escuelas secundarias. Se trata de un programa denominado “Conectate”. Es una iniciativa que la hacemos con chicos a partir de los 15 años. También contamos con un taller para padres y para docentes. A su vez, reforzamos ideas con un programa que tiene que ver con las adicciones en el ámbito laboral. A ver si queda claro, las adicciones están presentes en nuestra comunidad y ni hablar en la actividad deportiva. Es cierto que el deporte es un aliado para la prevención y un factor de ayuda para no caer en tentaciones. Sin embargo, convivimos a menudo con esa falsa creencia de que consumir distintas sustancias sirve para mejorar el rendimiento, siendo que en realidad actúa de manera totalmente contraria.

(Más información en la edición gráfica número 1032 de ANALISIS del 05 de noviembre de 2015)