Álvaro Moreyra
Lo que era ya no es y tal vez nunca más lo sea. Quizás jamás vuelva a escucharse el trompetazo de presentación, el disparo de largada o a alguna voz expresando el famoso “largaron…”.
Pasar hoy por lo que fue el Hipódromo de Paraná es ver una fachada, reconocida como patrimonio arquitectónico de la ciudad, literalmente en ruinas. Una breve recorrida es suficiente para observar cómo la vieja casona situada en calle Maciá de Paraná es la escenografía ideal para una película de terror.
Mugre, vidrios rotos, pastizales que miden cerca de dos metros y tantas imágenes más que denotan, claramente, que allí no sucede nada hace mucho tiempo.
El viejo Jockey Club, una de las entidades tradicionales de la capital entrerriana quebró en 2007, aunque la agonía venía, prácticamente, desde la última década del siglo pasado.
Malas administraciones, errores dirigenciales y otras tantas cuestiones hicieron que el Hipódromo Almafuerte dejara de existir como un lugar destinado a las actividades hípicas y con ello se fuera apagando todo lo vinculado a los burros.
Porque no solamente desaparecieron las carreras. Con el correr del tiempo fue desactivándose también todo lo relacionado con los burros, pues el Jockey Club perdió todo y sólo cuenta en la actualidad con una pequeña parcela de lo que era ese verdadero pulmón verde para la ciudad.
En aquel 2010, ya oficialmente, fueron el Grupo Casino Libertad e inversores locales los que pagaron más de 12 millones de pesos para cubrir el pasivo con entes públicos, empresas privadas y ex empleados que la institución del turf había contraído y que lo llevaron a presentarse en concurso judicial varios años atrás.
Una de las promesas hechas por los compradores, en comunión con los directivos del Jockey Club, fue trasladar la actividad a la ciudad de Oro Verde, donde en la actualidad están las obras comenzadas pero –al igual que la sede de calle Maciá- completamente abandonada.
Pasaron muchos años en los que la actividad turfística dentro de un hipódromo dejó de existir en la capital entrerriana. Sin embargo, todavía hay mucha gente que de alguna manera permanece en la actividad, por ejemplo, como propietarios de caballos de carrera.
Resurgir es la premisa
Con muchas carpetas con material, fotos, cartas documento, denuncias y demás, un grupo de directivos de la Asociación de Propietarios y Profesionales del Jockey Club de Paraná se acercaron hasta ANÁLISIS para contar los pasos que están dando y los que están por venir, tal vez con la intención de reflotar una actividad que cuenta con varios adeptos en la capital entrerriana y también en la región.
(Más información en la edición gráfica número 1055 de la revista ANALISIS del jueves 30 de marzo de 2017)
