Por F. K.
En 1988 Juan Forclaz, hijo de Jean Baptiste y Joanna, comenzó la edificación de lo que constituiría una rareza para la zona: un molino de viento. La construcción se llevó a cabo siguiendo los modelos que existían en su natal Suiza, similares a los molinos holandeses.
Con las manos amables de sus hermanos y vecinos, el nuevo molino se terminó en 1890. Sin embargo nunca llegó a producir la cantidad de harina que esperaban los Forclaz. Análisis posteriores descubrieron que el error radicó en que Juan copió fielmente el modelo de molino suizo de viento, incluidos los velámenes, y que en esta región se necesitan otro tipos de aspas.
Sin embargo el molino ha perdurado con el paso de las décadas como representación de historia y esfuerzo, de familia y progreso, de trabajo y recuerdos. Este emblema ha persistido más de un siglo, custodiado por el cariño de los vecinos de Colonia San José.
Con el paso de los años, el predio del hogar de la familia Forclaz y del molino se mantuvo como terreno fiscal hasta que se lo puso en valor y se reacondicionaron las instalaciones para que pudiera funcionar como museo. En 1979 el Gobierno de Entre Ríos compró a los herederos de la familia Forclaz las cinco hectáreas cargadas de historia y de cultura, pensando en crear un atractivo turístico diferente. En 1985 el lugar fue declarado Monumento Histórico Nacional por Decreto Nº 3066 de la Comisión Nacional de Museos y Monumentos Históricos. En 1987 surgió la Asociación Amigos Molino Forclaz, como entidad sin fines de lucro, formada por vecinos de la región que trabajan ad honorem y colaboran con el gobierno para mantener y preservar el espacio. En el año 2003 recibió la declaración, por Decreto Nº 6676/03, de Patrimonio Histórico y Arquitectónico de la Provincia de Entre Ríos. A partir de 2008 la Asociación, junto a los municipios de Colón y San José, decidió poner en valor el lugar, optimizar las instalaciones para recibir mejor a los turistas, los cuales con el paso de los años aumentaron exponencialmente. Finalmente, el 2 de julio de 2011, abrió sus puertas bajo el nombre oficial de Museo Provincial Molino Forclaz, adquiriendo el status de espacio histórico y cultural, dependiendo de la Subsecretaría de Cultura de la Provincia de Entre Ríos.
Con el paso de los años Molino Forclaz se ha convertido en uno de los mayores atractivos turísticos del departamento Colón. El año pasado recibió a miles de visitantes nacionales e internacionales que se acercaron al pasado a través de las diferentes visitas guiadas que ofrece el espacio y que invitan a viajar en el tiempo. Los campos, caminos y construcciones del predio, la vivienda, los galpones para depósito de herramientas de labranza y demás enseres, el molino de viento y el molino de malacate o el aljibe invitan a recordar la provincia que recibía familias inmigrantes deseosas de trabajar duramente estas tierras, en un paseo ligado a la nostalgia de las chacras, de los pequeños mundos familiares de décadas atrás. De este modo, el museo aparece como contrapunto a las demás opcionesturísticas de la zona que proponen las playas o los palmares.
Uno de los atractivos que vuelve diferente al museo es que actualmente cuenta con diversas propuestas de visitas y de acercamiento a la historia del molino, propuestas que invitan a los interesados a apropiarse del espacio desde distintas perspectivas. Así, se cuenta con las visitas guiadas comunes, que son realizadas por guías del lugar; las visitas guiadas nocturnas (la de los sentidos) que se realizan en verano y en las que se apaga la luz eléctrica y se viste la casa con lámparas a kerosene y candelabros. Entonces la historia es narrada por un personaje abstracto, lo cual agrega otro atractivo. Los sentidos como el oído y la vista toman un valor importantísimo en esta visita: los sonidos de la noche y el cielo plagado de estrellas construyen un marco imborrable.
Finalmente, están las visitas guiadas teatralizadas (la de los Sentimientos) que comienzan su recorrido con el guía vestido a la usanza de la época. Pero no sólo se conoce la historia a través de sus palabras sino que se convive con actores que, por un rato, se convierten en la familia que habitó el lugar, los Forclaz, a quienes se puede ver en sus tareas, escucharlos y compartir su realidad. Las anécdotas de la Colonia San José o contemplar las tareas cotidianas lejanas en el tiempo, logran unir pasado y presente. Fluye el sentimiento de pertenencia que todos tenemos por la historia doméstica. Esta propuesta nació en el año 2010 con el trabajo conjunto de un grupo de vecinos que se comprometió a tal punto con la historia de su dramatización que en 2013 las visitas guiadas teatralizadas fueron declaradas de Interés Cultural por la Secretaria de Cultura de la Provincia de Entre Ríos.
(Más información en la edición gráfica número 1063 de la revista ANALISIS del jueves 27 de julio de 2017)
