Antonio Tardelli
Al pie de un helicóptero, preparado para viajar a Gualeguaychú, el gobernador Gustavo Bordet hablaba por teléfono con un colaborador. Le consultó por algo que de pasada había alcanzado a escuchar, en la mañana del sábado 18, en los medios de comunicación.
–¿Qué pasa con Alberto Fernández? ¿Qué rumor hay? –preguntó el primer mandatario.
–Nada de rumores. Cristina anunció que es su candidato a Presidente –le respondieron.
Como todo el mundo político, Bordet no salía de su asombro. Cinco meses atrás, cuando se entrevistó en Buenos Aires con el ex jefe de Gabinete, poco antes de que el urrikirchnerismo se congregara en Villaguay para exhibir sus fuerzas de cara a la conformación de las listas entrerrianas, no podía imaginar que estaba conversando con un futuro candidato a Presidente de la República. Conciente de que lo único que no necesita de cara a su reelección es un imprevisto que tuerza el desarrollo natural de los acontecimientos, el gobernador ordenó cautela. Pidió mesura. Recomendó a los miembros de su gobierno que mantuvieran un prudente silencio.
La sugerencia circuló entre las primeras líneas del oficialismo por medio de un whatsapp enviado desde la Casa de Gobierno. La indicación fue esperar a que las cosas decantaran. Unos cuantos referentes del oficialismo, incluido el ex gobernador Jorge Busti, decidieron aguardar varias días antes de pronunciarse sobre un suceso que comportaba una sensible modificación en el tablero. De todos modos, la instrucción de Bordet no había podido con los más ansiosos. Enrique Cresto, intendente de Concordia, ya se había pronunciado. “Felicitaciones futuro Presidente de los argentinos”, publicó rápidamente Cresto en las redes sociales junto a una fotografía en la que aparece almorzando con Fernández y uno de sus colaboradores, el dirigente justicialista Santiago Cafiero. Más tarde, al advertir que su apuro lo había puesto al margen de la estrategia general, se disculpó ante un funcionario del Poder Ejecutivo.
De todos modos, ante el saludo informal de algunos entrerrianos, desde el entorno de Fernández hicieron saber que verían con gusto un pronunciamiento del gobernador. Un twit sería suficiente, deslizaron. De hecho, ese mismo sábado expresaron su apoyo explícito a Fernández, entre otros, la gobernadora de Tierra del Fuego, Rosario Bertone; la de Catamarca, Lucía Corpacci; y el de Santiago del Estero, Gerardo Zamora, respaldo este último que llamó la atención de Bordet. En ese marco, en el instante de la declaración, al gobernador entrerriano le mostraron cinco borradores diferentes: había que escoger en qué términos se pronunciaba. El mandatario eligió la versión más cautelosa.
Bordet saludó el anuncio de Cristina Fernández y recordó que su postura de los últimos tiempos es impulsar estrategias de unidad que permitan al peronismo enfrentar con éxito al Presidente Mauricio Macri. No obstante, como para despejar malos entendidos, añadió: “Seguimos hablando con todos los sectores”. Fernández acusó recibo y, protocolar, reivindicó el diálogo como mecanismo de construcción de una alternativa opositora. Y más: aludiendo al pasado reciente, indicó: “Juntos pudimos hacerlo en Entre Ríos”. Era verdad: Fernández había negociado con el bordetismo la confección de las listas de lo que finalmente fue el frente Creer.
(Más información en la edición gráfica número 1097 de la revista ANALISIS del jueves 30 de mayo de 2019)
