Acciones de condena y prevención del Abuso Sexual Eclesiástico.
Por Hernán Rausch*
(especial para ANÁLISIS)
En estos tiempos políticos, de apareamientos y reacomodo, mucho se habla de “grieta”, separación. Pero no se piensa en un re direccionamiento, con políticas públicas unificadas. Hoy solo se piensa en sendos puestos interesados. Con los años transcurridos en democracia, poco se avanzó pensando en un país como comunidad, en planes e ideas, para que sea una común unión entre las personas. De la misma manera podemos comparar la grieta política con la situación eclesial local, nacional y vaticana. En este caso no generando grietas, sino esparciendo, estirando plazos, con actitud inapropiada.
Las muestras, hasta ahora, de las investigaciones sobre denuncias de pedofilia y encubrimiento dentro la institución eclesiástica no son muy productivas: solo reuniones, no han informado avances. Aunque existen altas condenas judiciales. Tres casos de sacerdotes condenados (en lo que a Entre Ríos compete) y un proceso abierto contra una monja.
La cantidad de casos y las definiciones institucionales con sabor a poco por parte de la Iglesia, marcan intencionalidad de sofocar las cuestiones, mediante el silencio y el ocultamiento de los avances que la sociedad reclama.
Ocurre en el país de un papado argentino, con sacerdotes y obispos que apuestan al olvido, generan dilatación y estancamiento, y gestan indignación en la feligresía y la sociedad.
No hacen más que desparramar al rebaño, herido por algunos malos pastores a quienes les facilitan espacios y aprovechan la vulnerabilidad de chicos, se valen y disfrutan de sus presas, no como pastores, sino como lobos, audaces, sagaces y mañeros, nocivos para la vida de niños y jóvenes.
Con tantos engaños, faltando a la verdad y ocultando, solo logran desparramar católicos y perder oportunidades de aunar, unificar esfuerzos que podrían sofocar este mal que apremia y hostiga. No sólo ocurre en el ambiente eclesiástico, sino que toca todos los espacios sociales. Pero la Iglesia es una corporación inmensa y poderosa, puede generar conciencia y ejemplo de contundentes actuaciones, fuera de marketing y publicidad, sin tantos tiempos, sentando precedente y no dejando cabos sueltos, como hasta ahora.
Algunos miembros consagrados han generado desilusión, se han mostrado reticentes y desmemoriados. Así evitan complicarse, evitan involucrarse en los temas que tan profundamente penetran a la Iglesia. Eligen una postura exenta, cómoda y de confort, contraria a la doctrina de ese profeta y revolucionario Jesús que sí se involucró y le costó sacrificio.
La vida es un poco eso, sacrificio, junto al orden y disciplina. En estos tiempos, por distintas circunstancias, afloran curas y celebridades indisciplinados, que no dependen por sí solos, sino que responden a un régimen que los formó y los gobierna, los conduce y los pastorea. En ellos se vislumbran flaquezas a la hora de presidir y dirigir.
El camino de la justicia civil tampoco ha terminado. Está en pleno desarrollo, con sus plazos. Aunque sobrevivientes y familiares hacemos nuestro reclamo de celeridad, solicitando el no estancamiento a contundentes causas que han sido referentes provinciales, nacionales y han trascendidos fronteras.
Con nuestra lucha hemos generando conciencia y animando a denunciar otros casos lamentables que han sacudido. También se ha producido enojo y dolor en pueblos y ciudades que se han sentido estafadas, abusadas por la institución.
A los excelentísimos miembros del Superior Tribunal de Justicia de Entre Ríos, alentamos y pedimos a dar pronta resolución a causas emblemáticas que tantos datos, información, indicación y gestiones han dejado. Estos procesos no deben extenderse más de lo debido, hay que dar tratamiento, persistir y culminar las causas. Hay que dar firmeza a un largo recorrido transitado profesionalmente altos referentes judiciales de la provincia, Procuración, jueces, fiscales y abogados.
Señores miembros del STJ, logremos juntos coronar este gran trabajo que hizo el Poder Judicial entrerriano. Sigamos siendo pioneros, fundadores y precursores en tratar estos temas que duelen y pegan tanto en Argentina, por una convivencia armoniosa, equilibrada, para tener derecho a una niñez sana, respetada, sin daños, pura y alegre.
*(Sobreviviente del cura condenado Justo José Ilarraz).
(Imagen: www.mundonews.com.ar)