Josefina Beatriz Etienot, fue viceintendenta de la Municipalidad de Paraná durante la gestión de Sergio Varisco (período 2015-2019); pero decidió abandonar la política y actualmente es jueza de Familia de Diamante, localidad ubicada aproximadamente a 40 kilómetros al Sur de la capital provincial. El gobernador Gustavo Bordet la designó como jueza de Familia de Diamante a través del decreto 1810 que cerró el proceso iniciado con el concurso del cargo en el Consejo de la Magistratura. Etienot concursó y ganó el cargo de Jueza de Familia y Penal de Niños y Adolescentes de la ciudad de Diamante. Juró en el cargo en agosto de 2021.

Por primera vez en poco más de un año, fue entrevistada en el programa de televisión Cuestión de Fondo (Canal 9, Litoral), donde dialogó reconoció que se sintió expulsada por la política y los manejos del variquismo en Paraná. Del mismo modo, admitió con énfasis que se siente "feliz por este nuevo rol" en el Poder Judicial y marcó una clara diferencia en cómo entiende el rol de un magistrado de cara a la sociedad y a la gente y con las exigencias propias del siglo XXI. Si bien admitió que a veces mira con nostalgia la actividad política, precisó que es una experiencia a la que no volvería: “Cuando avanzo no vuelvo para atrás”, indicó.

- ¿En qué cambió su vida que pasó de la actividad política a ser jueza de Familia y Penal de Niños y Adolescentes?

-Cambió mucho. Estoy muy bien, me gusta lo que estoy haciendo, me encanta mi trabajo. Me tuve que mudar a otra ciudad (por Diamante), separada un poco de mi familia. Me quedo allá y vengo generalmente los fines de semana, según; porque los jueces de Familia estamos las 24 horas porque tenemos todas las causas y la responsabilidad de las violencias. Uno necesita estar concentrado en el lugar donde ejerce y trabaja todos los días. Además, el viajar es desgastante… nos organizamos distintos y estamos muy bien. La verdad que rendir (en el Consejo de la Magistratura) fue una decisión apresurada, de un cambio radical y funcionó gracias a Dios, bien.

-¿No extraña la actividad política?

-La política siempre me gustó. A veces los veo y veo todo el movimiento y, sí, realmente me gustaría poder haber seguido mi carrera como política; pero, bueno, en su momento se dieron otros contextos y elegí probar y por suerte me fue bien en el concurso.

-¿Cómo analiza la relación de la Justicia con la política y todo lo que se da en ese entorno?

-Primero, pertenezco al Poder Judicial. En un país republicano, el Poder Judicial es parte del poder y definitivamente hace política porque toma decisiones cotidianamente sobre qué es lo más conveniente. Somos todos servidores y funcionarios públicos. Nuestros sueldos están abonados con recursos del Estado que provee la gente con sus impuestos. Así que, desde ese lugar, es otro poder del Estado; pero sigue siendo un poder del Estado que tiene las mismas responsabilidades y que a su vez tiene una interrelación. Lo que yo elegí es no hacer más, y por eso rendí y ahora ya tengo una incompatibilidad, es hacer política partidaria. Esa política partidaria es incompatible con mi cargo, es incompatible con cualquier función de la judicatura y desde ese lugar hay una gran limitación que se respeta. Pero, el juego del poder, lo que significa el ejercicio del poder; el poder es un servicio y entonces como servidores públicos, como servidores de todos, los tres Poderes del Estado tenemos en ese sentido mucha responsabilidad de tomar las decisiones correspondientes. Ahora, cómo ve el ejercicio de ese poder… desde afuera, dentro de mis metas también está el ejercer la magistratura y puedo decir que soy una de esas mujeres que ha roto el techo de cristal, porque pude llegar a lugares de decisión y el ejercicio de poder que no todo el mundo puede. Y uno mira y ve cómo estamos cumpliendo las cosas. Hay una cantidad de relaciones que se van tejiendo entre el Poder Judicial… no quiero hablar de la Justicia sino de un poder del Estado: el Poder Judicial, el Poder Legislativo y el Poder Ejecutivo, en los distintos órdenes porque también está el nacional y el provincial. Y yo por lo menos percibo desde afuera o desde otro lugar porque yo no estoy en el micro clima que condicionaba la mirada; estoy fuera de lo cotidiano, entonces una se vuelve un poco más objetiva. Y puede detenerse a pensar, a veces, por lo menos hoy tomé con alegría y me pareció auspicioso que el Superior Tribunal de Justicia, por ejemplo, convocara para este lunes al Procurador General como al Ministerio Público de la Defensa. Porque quiero hablar desde lo institucional. Más allá de las personas que lo conforman, el Estado continúa. Y desde lo institucional me pareció auspicioso y una decisión muy atinada de la (presidenta del STJ) doctora (Susana) Medina de convocar a una mesa de diálogo. Y espero que el Ministerio Público Fiscal y de la Defensa respondan a este llamado. Porque creo que todos los que estamos alrededor nos merecemos que se sienten a ver cómo resuelven un conflicto.

-Se han visto muchos cortocircuitos durante todo este tiempo.

-Sí. La situación es muy tensa. Y es preocupante porque hay una limitación a lo que podemos decir, una limitación a la libertad de opinión, una limitación a la independencia. Yo gané un concurso y se dice que los jueces tenemos revisores, no tenemos jefes. Dicto una sentencia porque constitucionalmente tengo esa posibilidad, esa facultad y esa responsabilidad y si a alguien no le gusta puede pedir constitucionalmente que se la revise. Eso hace que una al no tener jefe puede decidir y pensar de una manera completamente diferente, mientras tenga fundamentos, que otros miembros del Poder Judicial. Y esa diferencia debe ser respetada.

-Sería bueno que se de ese pluralismo que usted menciona. Porque no se da en la práctica en el Poder Judicial y es un síntoma preocupante.

-Sí, pero, por ejemplo, las listas que compitieron para la Asociación de Magistrados en su momento, las dos hablaban sobre pluralidad. Y lo que veo es que al final un ambiente tan difícil como con niveles de agresión y ahí no era muy diferente de lo que una vivía dentro de la Municipalidad, en el nivel de crispación. Pero, también creo que hay una cantidad de gente de buena fe, operadores del Derecho y que no son solamente miembros del Poder Judicial, también abogados de la matrícula, hay distintos funcionarios y empleados como el sindicato de Empleados Judiciales, que estamos esperando, que queremos o que sostienen “los trapos” para que las desconexiones que hay en estos momentos no conspiren contra la continuidad y eficacia del sistema judicial.

- ¿Cómo ha visto las diferentes situaciones donde el poder político aparece involucrado en causas por delito de corrupción? Queda claro que al poder cada vez le gusta menos que se lo investigue.

-Primero, distinguir un poco para mí: una cosa es la función del Estado. La función del Ministerio Público es la persecución penal, persigue a los que cometen delitos. Y acá, la igualdad ante la ley hace que no importa que alguien tenga un privilegio por ser dirigente; es más, se tiene mayor responsabilidad por ser dirigente político. A mí me parece bueno que se investiguen causas de corrupción o que haya trámites por corrupción dentro del Poder Judicial. No porque haya corrupción o me agrade que haya corrupción; sino que por el principio de realidad sabemos que existe, entonces pueden ser investigados. Eso me parece sano. Peor sería que no hubiera, sería alarmante que no hubiera causas de corrupción. Ahora de ahí que a la gente le gusta ser investigada o estar en un juicio; pero, ni siquiera yo que soy jueza de Familia, la verdad es que ninguno de los justiciable quiere estar ahí. Ni al que lo demandan por alimento o la que tiene que reclamar, ni al que está en un juicio de divorcio y tiene que resolver sus bienes ni al que le privan el contacto con sus hijos que quiere restablecerlos. Si fuera por ellos, preferirían no estar en ese lugar. Entonces, desde ese lugar ya hay una cuestión que tiene que ver con las estrategias judiciales de los abogados y qué quieren las personas que son las representadas y que bueno, son otros intereses y que son diferentes a los del Estado. Son intereses personales y los intereses del Estado son de bien común. Son distintos y entonces hay que separar. Y si bien puede volverse un juego complicado el de los procesos judiciales, hay márgenes para poder manejar el proceso dentro de pautas, ciertamente hay que tomar las cosas sin –creo yo- o tratar de buscar los puntos de acuerdo porque esto no tiene que ver con cambiar las leyes sino cambiar las conductas. El Estado ha dejado de ser ejemplificador y al dejar de ser un ejemplo, la gente siente que también puede no cumplir. La gente al ver que el Estado no es ejemplar, cree que está habilitada. Entonces, qué pasa con esto: terminamos persiguiendo al ciudadano que no tiene responsabilidad y a los otros le hacemos o miramos para el costado.

Impuestos a las Ganancias

-Usted paga el Impuesto a las Ganancias. ¿Cómo vio toda la reacción corporativa del Poder Judicial?

-Vamos a ser justos. Hace mucho tiempo que el Consejo de la Magistratura, acá está desde el 2008 y cuando se hacían las entrevistas se les preguntaba a los concursantes qué pensaban sobre Ganancias. Y muchos decían que, si lo mandan a pagar, lo pagaban, Me parece correcto hacerlo; pero no había una ley que lo estableciera. Y las personas que ingresamos después tenemos una responsabilidad de pagar. Pero, los demás también entienden que han adquirido un derecho a no pagarlo, porque hace mucho tiempo que está así el sistema. Yo me siento cómoda conmigo misma. Me siento mucho mejor sosteniendo una coherencia desde esto. Y hay muchos jueces y empleados que consideran lo mismo; pero el impuesto no es un pago voluntario. Entonces, quizás a esos que no les va por Ganancias, lo destinan de otra manera para que vuelva al sector y eso es parte de la intimidad. Pero, lo que quiero decir es que no hay una falta de sensibilidad por esto. Y más que una lucha corporativa, es una situación que ya va a cambiar. Hay que esperar el recambio generacional, porque el siglo XXI es otro mundo y el Poder Judicial se tendrá que adaptar a ese mundo.

Las secuelas del conflicto con Varisco y la política

-¿Cuáles fueron las secuelas que tuvo por su enfrentamiento con Sergio Varisco? ¿Cuánto le costó en lo personal?

-Mucho. Me costó cambiarme de vocación y de empleo. Me costó tomar una decisión muy fuerte como la de alejarme de proyectos de vida que tenía; me costó aceptar que cuando uno no pertenece y está en una organización y una es el problema, porque es la que está en contra, no endulcora y no minimiza la gravedad institucional de las causas que había en esos momentos de narcotráfico, la de la Narcoavioneta, el intendente (Varisco) colgado de la luz junto con la concejala (Claudia) Acevedo, la causa de la Mutual Modelo, la causa de lavado de activo que había en esos momentos y no sé cómo terminó porque se pasó a la Justicia provincial; y pretendían que una no hiciera olas. A mí me preguntaban y yo tenía la responsabilidad de contestar y la pasé horrible. Entonces, al final, parece que el problema era yo. Por eso me fui también. Muchas gracias por la oportunidad, no quiero ser diputada. Y si está el intendente Varisco y va a repetir y está el concejal (Emanuel) Gainza para repetir; yo prefiero no estar en esa lista. Pero, en el ínterin en esos momentos no existía la violencia política tipificada y a mí me tomaron el recinto cuatro veces el oficialismo varisquista. La Policía me decía, doctora Etienot está vestida de negro y si la acuchillan nosotros no vamos a poder ver la sangre, por favor tenga cuidado. Y como yo era local y estaba dentro de mi recinto, tenía que entrar al recinto para funcionar y hacer para lo que fui electa. La verdad, es que hubo que exponer salud, fui demonizada, ridiculizada, fui tratada de todas las cuestiones que pueden llegar a ver por violencia de género. Incluso (José) Escobar (secretario de medios de Varisco) amenazándome delante de todos y que hoy son diputados, son funcionarios, concejales, nadie dijo nada. Y la verdad para qué me voy a quedar en un lugar así. A Varisco lo condenan en primera instancia, lo condenan en la Casación y cuando fallece, yo ya estaba en el Poder Judicial, decretan tres días de duelo, bandera a media asta… era una batalla perdida. Si hubiera sabido el tremendo club de fans que tenía, quizás no me hubiera animado a decir lo que pensaba. Pero, como le decía al principio, que te quieren inhabilitar, te quieren aplicar una censura previa, no podés hablar de política o no podés opinar porque este es un tema que los jueces no pueden hablar. Yo quiero ser otro tipo de juez. Quiero ser juez del siglo XXI. Voy al territorio; trato de hablar con la gente; si quieren que hablemos difícil, hablamos en difícil; si quieren que hablemos fácil, hablamos fácil; trato de salir de mi despacho; hago audiencias hasta cuando no me corresponde, pero es para poder tener cercanía. No quiero decir que en pos de la prudencia y el decoro no me corresponde rendir cuentas ni explicar por qué hago lo que hago. Así que capaz que incomoda y es nuevo ver que los jueces puedan opinar sobre ciertas cuestiones… no sobre campañas electorales, tampoco de cuestiones de política partidaria… pero, puedan tener opiniones como ciudadanos y como funcionarios públicos y hay que acostumbrarse que esto puede pasar.

-Usted mencionó que está distanciada del exconcejal Gainza. ¿Y con la hoy diputada Lucía Varisco (hija de Sergio) tuvo algún contacto alguna vez? 

-No. El nivel de falacia… la diputada Varisco era la secretaria privada de su papá. O sea, todo esto que pasaba… era parte de toda esa situación, de todo lo que pasaba en la zona Oeste (manejada por el narco Daniel “Tavi” Celis) … ella era parte de todo esto. El sistema penal persigue por las cosas que hacés, no por quién sos. Todos tenemos papás, hermanos, todos tenemos familia y los vamos a seguir queriendo; pero si cometieron un delito, está bien que la Justicia lo persigan.

-¿Volvería a la política o entiende que se desarrollará en el ámbito de la magistratura?

-Personalmente, por lo que me conozco, cuando avanzo no vuelvo para atrás. Para mí fue una oportunidad y le agradezco a la gente que nos votó y a la que no nos votó, fueron años difíciles, pero fueron años buenos. Hubo una cantidad de cosas buenas durante ese tiempo. También estuve 21 años en el Colegio de Abogados y me encantó ser una profesional de la matrícula; ahora empecé otra etapa de mi vida. Y no sé si voy a crecer o me quedaré en la primera instancia y que me gusta, porque me gusta la trinchera. Pero, no creo que vuelva para atrás en las cosas que ya dejé. Porque una crece y se da cuenta que eso no era para mí. Y yo me sentí expulsada del lugar. Entonces, me reconstruí. Sentí que a veces de gana y se pierde. Nosotros perdimos la discusión y me tuve que reconvertir y cada uno tiene las oportunidades para lo que está hecho o preparado. Yo estaba preparada para ir a otro lugar y gracias a Dios supe aprovecharlo. Pero, pasé la página y crecí y veo otras cosas y la verdad es que estoy muy feliz en lo que estoy haciendo. Y trato de dejar mi mejor esfuerzo para hacer lo mejor posible.