N.B. de ANÁLISIS

César Roberto Cepeda está imputado, con prisión domiciliaria, en una causa grave por abusar de sus dos pequeñas sobrinas en Lucas González. Desde la denuncia pasaron tres años. Hubo un expediente judicial, una investigación, instancias de apelación y medidas restrictivas que no se cumplen. La causa está elevada a debate pero mientras tanto, dos niñas y sus padres esperan el juicio.

A.N., el padre de las niñas abusadas, contó a ANÁLISIS el drama que atraviesan desde hace tres años, cuando sus pequeñas hijas dijeron a su madre que “César” las abusaba y no recordaban desde cuándo.    

“Tenemos dos denuncias hechas sobre César Roberto Cepeda. La primera fue el 1 de julio de 2020, aproximadamente dos meses después se hizo la segunda denuncia de mi nena mayor, que también fue abusada. Después hubo otra denuncia por grooming. César es casado con una hermana de mi expareja, vendría a ser el tío de las nenas. El 1 de julio de 2020 recibí mensajes de la madre de mis nenas, por la noche. Los vi de mañana temprano. La mamá me decía que Cesar las había tocado a las nenas, que apenas vea los mensajes me contacte con ella. No bien vi los mensajes, le pedí que venga y charlamos. Ella me dijo que la nena más chica le contó que César la había abusado, que ella le preguntó cómo había sido. Y la nena le mostró”, recordó el papá.

Los padres viajaron desde Lucas a Nogoyá, unos 50 kilómetros, se presentaron en Fiscalía e hicieron la denuncia. “Él quedó detenido casi de inmediato, averiguación de datos. Mi nena más grande tenía 5 años en ese momento. Ellas vivían en una casa que compartía el patio con la casa del tío”, describió A.N.  “Pudimos sacarlas de ahí, conseguimos otra casa y se fueron. Al tiempito, dos meses y medio, mi nena mayor contó lo mismo”, lamentó.

Las niñas se animaron a hablar durante los peores meses de aislamiento de pandemia. “Durante la pandemia arreglamos con la mamá de las nenas que las teníamos cada uno por 20 días o un mes, después fuimos acortando los tiempos, empezaron a pasar 15 y 10 días con cada uno de nosotros. Así que esto pasó, en principio y supuestamente, en pandemia cuando la mamá las dejaba en la casa de la tía, porque ella trabajaba en la YPF de la ciudad. Mi nena mayor dijo que pasó en pandemia pero no se podía acordar”.

El padre de las niñas señaló que nunca más vieron a Cepeda. “Cuando llegamos de Fiscalía, después de la denuncia, las nenas habían quedado con mi mamá y mi viejo. Volvimos,  en el momento que las busqué, estábamos en la casa y escuchamos la sirena. Lo detuvieron. Él ese día no se había presentado a trabajar en Enersa, justo. Se descompuso, presentó un certificado, no fue a trabajar”, recordó.

Después vino la Cámara Gesell y demás instancias judiciales.

“Vino un defensor de menores a mi casa. Nos dijeron que consigamos un buen psicólogo. Le hicieron examen forense a la menor y salió positivo. Mi mujer actual es médica. Empezó a buscar psicólogo. Un sábado de mañana tuvimos la primera entrevista. Después siguieron las nenas con la psicóloga. Las observaron. Y finalmente contaron todo”, dijo A.N.  

La Cámara Gesell fue el 29 de marzo de 2021. La nena más chica tenía 4 años en ese momento. “Entró la mayor y contó todo, lo nombró”, apuntó el padre.

Con domiciliaria pero en un lanzamiento político

Los padres y las niñas ahora esperan justicia. “El 1 de julio serán tres años de esto. Está la elevación a juicio. Tiene un pedido de 19 años. El abogado de él (Walter Martínez) apeló en todos lados, en Gualeguaychú, en Paraná y ahora todo está en el Superior Tribunal de Justicia (STJ). Él está con prisión domiciliaria, que en realidad es cómo anda cada uno, porque supuestamente cumple prisión pero hace eventos. El otro día hubo un lanzamiento de una candidatura en Crucesitas Terceras, una yerra. Estuvo él, su abogado. Estaba lleno de gente”, reclamó el padre.

“Apeló a la domiciliaria y todo. Le dijeron a todo que no, lo único que se está discutiendo, en revisión de alguna manera, es si le dan o no el juicio por jurados. En 2020, los juicios por jurados podían ser por cualquier cantidad de años y desde 2021 son por condenas en expectativas de más de 20 años. A él le pidieron 19”, marcó el padre.

Por último, reflexionó: “Quisiera que nadie sepa lo que les pasó a mis nenas, pero si no se sabe queda en la nada. Conozco gente de otros lugares que están con elevación a juicio hace 8 y 9 años. No quiero volver a verlo, ni a él, ni su mujer, ni nadie. Hemos sufrido hostigamientos constantes. Tuvimos que poner hasta cámaras. Por mi casa pasaban y nos filmaban y sacaban fotos. Nos enterábamos por la gente. Denunciamos todo. La mujer de él tiene restricción de acercamiento pero viene todos los días y pasa por mi casa cuando las nenas tienen que irse con la mamá. Ha pasado que el cuñado de él, el marido de otra hermana de mi expareja nos ha tirado el auto. Vivimos en esa y no se puede hacer nada porque nada funciona. Deberíamos vivir tranquilos, pero estamos así”. 

“No pedimos nada extraño, sino que se llegue a la condena y que no se fugue porque cuenta con los medios. Nunca se consiguió tobillera electrónica, no sabemos por qué, así que está con custodia”, cerró.