El subsecretario de Derechos Humanos de la provincia, Daniel Paduán, valoró el fallo que condenó a los represores responsables de la desaparición de Jorge Emilio Papetti y otros militantes.

En declaraciones realizadas al programa A Quien Corresponda (Radio De la Plaza), Paduán sostuvo que el fallo de la Justicia Federal implica “cosas muy fuertes, porque son muchos los querellantes, y detrás de cada querellante hay toda una historia de vida que hasta el momento de la situación trágica de la brutal represión que se vivió en Argentina –donde hubo una sistematización para perseguir, aislar, secuestrar, torturar, hacer desaparecer, condenar en consejo de guerra- todos los que participamos teníamos una militancia y un compromiso; pero después también hay una historia de vida en la recomposición para seguir adelante”.

“En toda esta camada de denunciantes hay mujeres violadas, mujeres que nunca más tuvieron pareja, compañeros a quienes les llevó años volver a pararse en la sociedad para retomar un estudio, un trabajo, para recomponer una pareja”, describió y destacó que “hubo quienes no pudieron hacerlo, como pasó con Rogelio Ramón “Pilo” Ayala quien fue detenido junto con (Jorge) Papetti  y estaba en la sala de tortura cuando lo matan a Papetti, y quien nunca más se recuperó”.

Recordó que en su caso particular fue sometido “a un Consejo de Guerra por intento de copamiento del Regimiento de Concordia cuando no conocíamos ni en fotos el Regimiento” y rememoró que “Papetti era un compañero que había militando en la UES (Unión de Estudiantes Secundarios) y en la JP de Concordia, a quien secuestran y estando en la sala de torturas con Martín Ramírez –que ya falleció- y con Ayala, quien nunca más se recuperó porque tuvo trastornos mentales”. “Hubo otros que nunca más se recuperaron como personas en lo que era su compromiso, su lucha, su alegría”, agregó.

“Trato de humanizar para que la gente y los jóvenes reflexionen sobre esta tragedia que vivió el pueblo argentino y menciono siempre el entorno de los amigos, compañeros y familiares que sufrieron y remaron con todas las posibilidades en contra, que arriesgaron la vida para reunir documentación y denunciar”, refirió.

Analizó que “a veces la gente pierde la dimensión del horror que se vivió, de lo difícil que fue resistir desde un espacio político a la dictadura y luego lo difícil que fue incorporarse a la apertura democrática y recuperar las instituciones”.

Además valoró la importancia de los testimonios en los juicios por la verdad y reflexionó que “está el compromiso con nuestros compañeros, porque muchos nos juramos reivindicar su memoria y su historia de vida porque en aquellos momentos esos militantes hoy desaparecidos y asesinados, fueron protagonistas de la lucha”.

“Luego, para nosotros y muchos detenidos y presos políticos pasa a ser un compromiso de aporte a la democracia, para fortalecer ese Nunca Más que trabajó (Raúl) Alfonsín en aquel momento difícil del país como candidato a presidente. Y en los querellantes hay un fuerte compromiso en fortalecer que el horror del mecanismo del terrorismo de Estado con la persecución sistemática, no vuelva a ocurrir nunca más en nuestro país”, aseveró.

“Hay un proceso de reconstrucción donde uno se arma de una caparazón porque no se puede vivir en el horror permanente, y a la hora de constituirse como querellante se viven momento de angustia en los que hay que fortalecerse, blindarse, para tratar de ser coherente. Ya hoy en democracia existe en el Registro Único de la Verdad un equipo de acompañamiento a la víctima del terrorismo de Estado donde se la trata de fortalecer para acompañarla en la situación de tener que declarar”, explicitó.

Finalmente, apuntó que “en esta lucha por recuperar el Estado de derecho y reposicionar un respeto global de los derechos humanos, no hubo color político”.