Mortificación y secuelas

Varias de las monjas que se salieron de la congregación en los últimos años quedaron con serias secuelas físicas y psíquicas. Algunas de esas jóvenes tenían serios problemas de desnutrición, por ejemplo. El convento siempre se manejó con dos o tres médicos de Nogoyá, a los que llamaban en situaciones casi extremas. Tales los casos de Toribio